sábado, septiembre 02, 2006



Neo Rauch: Soñando con el invierno nuclear.

Cuando hace unos meses fui al Centro de Arte Contemporaneo de Málaga a ver la exposición de Neo Rauch, no tenía ni la mas mínima idea de lo que me iba a encontrar. Suelo ir cada cierto tiempo a ese museo a ver las exposiciones porque a veces te encuentras con cosas interesantes. Me confieso un neófito en lo que a arte contemporaneo se refiere, por lo que no tenía expectativas en lo que iba a ver. Pero la verdad es que la obra de Neo Rauch me impresionó muchísimo.

Para situarnos, hay que decir que Neo Rauch nació en la década de los 60 en Leipzig, Alemania (por aquella época creo que República Popular Alemana). Y la influencia del mundo sovietico está muy presente en su obra, como podía ser de esperar. Lo que más me llamó la atención al ver sus cuadros era su portentosa imaginación, la mezcla de paisajes rurales en los que aparecen criaturas extrañas, la deshumanización de un mundo de fábricas junto a inmensos abetos oscuros... Paisajes que muy bien podrían haber ilustrado un relato de Ray Bradbury.

La iconografía de este pintor es profundamente evocadora, recreando paisajes casi post-nucleares, donde la decadencia del sistema comunista se convierte en metáfora visual de una fuerza enorme. En mi mente, Neo Rauch se incluye en una serie de artistas u obras que tiene unas especiales connotaciones para mí. Puede que no tengan nada que ver, pero para mí estos cuadros son las imagenes que servirían de fondo a la múica de Krafwerk, de Boards of Canada, o incluso de Radiohead. Además de recordarme a la literatura de autores como Bradbury (anteriormente mencionado), Orwell, Kafka o Beckett.

El siguiente texto es una poesía que escribí hace algún tiempo mientras bullían en mi cabeza todas las influencias y visiones que antes mencionaba. Es mi particular versión de Rauch y de su mundo de hielo radioactivo.

Escuché hablar sobre las odiseas alpinas,

también sobre las fábricas iluminadas

en mitad de la noche más negra,

con obreros reflectantes, como en un sueño.

Se estuvo cavando un tunel a través

de las oscuras montañas, y encontramos

el laberinto del minotauro, los aviones

plateados, el aguila de bronce.

Y sé que invocaste a la serpiente alada

para que destuyera esta ciudad

que ahora tiene un cielo que arde

a cada atardecer.

No pareces resignarte a rezar

en esta iglesia de madera blanca.

No pretendes pedirme más deseos

y eso es siempre un alivio.

Todos estamos cansados,

pero pronto esta hora,

la hora del lobo, al fín pasará.

Y podremos bajar las persianas,

correr las cortinas,

cerrar las ventanas

y dormir todo el día,

olvidando la nausea de los años,

la pesadez de los párpados,

el atroz milagro de estar vivo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y muy bonito, y que si las setas, que si los culos al aire...
Exijo un monográfico del Dr. Marañón, ¡YA! ;D
Un abrazo, y ánimo Juanito, que te leo a diario.

HieronymusMerkin dijo...

Muchas gracias,Angel de Dios! Gracias por entrar en este antro de vez en cuando y dejar tus comentarios. De Marañon haré un comentario, pero antes quería comentar algo de "Monster", como ejemplo de comic que me ha gustado. Lo q pasa es q como mi conexion es una basura, no puedo escribir todo lo q querría.
Un abrazo, pichus!