viernes, septiembre 15, 2006

Providence-El nacimiento de una nación-Arco de Triunfo


Empieza a hacer frío en Málaga. El verano parece haber dicho adios casi definitivamente, y los primeros susurros del otoño estan llegando, poco a poco, instalándose a mi alrededor con suavidad, casi con pereza. El reloj marca las 11 de la noche. Billy Holiday suena en mi habitación y ahora parece que esto, mi vida, es una película de Woody Allen.

Quería esta noche hablar brevemente de las últimas películas que he visto, que son "Providence", de Alain Resnais, "El nacimiento de una nación", de David W. Griffith, y "Arco de Triunfo", de Lewis Milestone.

Providence (Resnais):

Estamos ante una película de 1977, del francés Alain Resnais, uno de los supervivientes de la Nouvelle Vague, y autor de grandes películas como "Hiroshima, mon amour" o "El año pasado en Marienbad". "Providence" es una película muy Resnais. Es decir, utiliza elementos que siempre han estado presentes en su cine, como el dialogo interior y una estructura un tanto desordenada. Esta película nos narra, básicamente, el proceso creativo de un viejo escritor, que trata de hacer su última novela antes de fallecer. Pero más que controlar él dicho proceso, son los propios personajes los que parecen controlarle a él, desobedeciéndole, interviniendo incluso en contra del deseo del propio escritor. Los dialogos que mantiene los personajes son, en gran parte de las ocasiones, casi surrealistas, absurdos, incoherentes. Me ha recordado mucho al último Buñuel, al de "El discreto encanto de la burguesía", o "La vía láctea".


Es el comienzo de la película lo que más me ha llamado la atención. Unos militares caminan por un bosque, como buscando a algún fugitivo, cuando de repente abren fuego contra un extraño anciano que trataba de ocultarse entre unos matorrales. Y digo extraño porque su rostro y sus manos estaban cubiertas de pelo. Uno de los milatares va hacia el anciano, que aún está vivo, y le dá un disparo de gracia, a propia petición de aquel, con el fín de acabar con la agonía. Posteriormente ese militar es juzgado por homicidio (la corte que lo juzga es totalmente kafkiana), y alega en su defensa que lo ha matado porque se lo había implorado. Además, se refiere a su aspecto monstruoso, señalando que debía tratarse de un hombre lobo (!!).

Se trata de una película extraña, en la que está muy presente la obsesión por el paso del tiempo y la muerte (el escritor constantemente se refiere al tiempo que le debe quedar de vida), la infidelidad, las relaciones familiares (sobre todo Padre/Madre-hijo), etc. El director nos muestra un mundo deshumanizado, donde el sufrimiento ajeno carece de importancia (el personaje que interpreta Dick Bogarde, en un momento de la película, está parado con su coche en un semaforo y ve como, delante suyo, un anciano se cae en medio de la calzada, cuando trataba de cruzarla. Dick Bogarde, con aire de indiferencia, desvía la mirada, mientras enciende el limpiaparabrisas, para quitar un poco de polvo que tenía el cristal del coche. Cada cual con sus problemas).

Algunos críticos considera a "Providence" la obra maestra de Resnais. Yo no sé si llegar tan lejos, pero lo que está claro es que es una película especial, que no deja indiferente. Y, sobre todo, se nota la mano magistral de su autor detras de todo, porque la elegancia con la que está filmada es extraordinaria.

El nacimiento de una nación (Griffith):

¿Que puede decir un mortal como yo de "El nacimiento de una nación" que no se haya dicho ya? Pues creo que, prácticamente, nada. Me limitaré a dar mi opinión. Lo primero que tengo que decir es que una de las cosas que más me echaban para atrás cuando me puse a verla fue sus mas de tres horas de metraje. Pero he de confesar que no se me hizo en absoluto pesada, sino todo lo contrario: captó mi atención desde el primer minuto hasta el último (cosa que no puedo decir de "Intolerancia", la cual aún, de hecho, no he conseguido terminar. Eso de las cuatro historias está muy bien desde el punto de vista técnico; lo que ocurre es que ninguna de ellas a sabido "engancharme" lo suficiente).


Otro de los prejuicios que tenía hacia la película era su caracter racista. Es innegable que lo tiene. De hecho, está basada en la novela de Thomas Dixon "The Clansman", que narra el nacimiento del KKK. La visión maniquea de los negros malos y los blancos buenos no es justificable. Pero creo que juzgar la película por eso sería muy injusto. Hay que tener en cuenta la época en la que se filmó, así como la propia vida de Griffith. Además, su visión de los hechos era compartida en su momento por mucha gente, incluso por el propio presidente de los Estados Unidos, que tras verla afirmó que, desgraciadamente, todo lo que contaba la película era dolorosamente cierto. Para alguien de nuestros días el que se justifique y ensalce al Ku Kux Klan es absolutamente censurable. Pero no podemos juzgar la película, repito, por esas razones.

Por lo demás, la película es un prodigio absoluto desde el punto de vista técnico. Ha sido, comparativamente, una de las películas más caras de la historia, y eso se puede comprobar en las grandiosas escenas de batallas, en la ingente cantidad de extras, en los soberbios decorados.

Además, "El nacimiento de una nación" es una lección de historia excepcional (con las reservas ya mencionadas) y un documento social de la época de un valor altísimo.

Con todo merecimiento Griffith es considerado el padre del cine moderno, y esta obra colosal nos muestra la razón.

"Arco de Triunfo" (Milestone):

Esta película de 1948 está protagonizada por Ingrid Bergman y Charles Boyer (como en "Luz que agoniza", de Cukor), apareciendo también actores de la talla de Charles Laughton. Lewis Milestone, su director, era uno de los clásicos de Hollywood.Ganó dos oscars durante su carrera, y dirigió importantes películas como "El extraño amor de Martha Ivers","Rebelión a bordo" o "La cuadrilla de los once" (recordemos el remake de Soderbergh, "Ocean´s eleven")."Arco de Trinfo" se desarrolla en el Paris previo a la segunda guerra mundial. Allí se haya refugiado como inmigrante ilegal el personaje interpretado por Boyer, un cirujano alemán que ha tenido que huir de su pais natal tras la llegada de Hitler al poder. En la capital parisina conoce a Ingrid Bergman, que interpreta a una mujer que también huye, en este caso de un hombre. Su pasado es turbio, como el de Charles Boyer. Ambos son unos perdedores, sin más finalidad que la de sobrevivir, con el miedo constantemente pegado al cuerpo. Sin embargo, el amor que empieza a surgir entre ambos parece que puede curar las heridas, dulcificar la vida y otorgarle un nuevo sentido a todo. Pero la realidad siempre es mas cruda que las ilusiones, y lo que parecía ser esperanza, se torna en decepción, en desengaño.El pasado es una losa muy pesada a las espaldas.

La película nos muestra una ciudad oscura, donde la lluvia eterna parece cubrirlo todo de tristeza y abatimiento. Una Ingrid Bergman extraordinariamente bella se nos muestra fragil, perdida, suplicando ser amada. Y Charles Boyer interpreta a un hombre sensible pero endurecido por la vida, obsesionado con la idea de vengar la muerte de su antiguo amor, asesinada por un militar nazi al que posteriormente encuentra en Paris. Como curiosidad, decir que esta obra fue censurada en España, entre otras razones, por las críticas que se hacen en la misma a Franco y a la Falange (se produce, de hecho, un enfrentamiento en un momento dado entre Charles Boyer y un grupo de falangistas).En conclusión, ésta es una muy interesante película que merece la pena ser vista, ya que, aunque nos pueda dejar una sensación de abatimiento y tristeza, también nos aportará, sin duda, una visión desgarradoramente lúcida y nada complaciente de la condición humana, lo cual es a veces necesario.

martes, septiembre 05, 2006


FELLINI´S SATYRICON:
El peplum extraterrestre.

La primera vez que ví esta película, en el programa de Jose Luis Garci, "Que grande es el cine", sentí algo tremendamente extraño. Lo que tenía ante mis ojos era algo incomprensible, ancestral pero, a la vez, como situado fuera del tiempo y del espacio. No entendía muchas de las cosas que veía pero tenían un efecto increiblemente poderoso sobre mí, sobre mi subconsciente.
Esta película fue filmada por el maestro Federico Fellini en 1969, cuando su carrera se había alejado definitivamente de los comienzos neorrealistas (¿realmente fue alguna vez Fellini neorrealista en sentido estricto?) y había tornado hacia senderos extraños, oníricos, de color y fantasía dificiles de etiquetar. Películas que se mueven en la onda de "Satyricon" podrían ser "Roma", "La ciudad de las mujeres", "Ensayo de orquesta" o "Y la nave va". Pero ninguna va tan lejos, en cuanto a la libertad en lo que a lenguaje cinematográfico se refiere, como "Satyricon".



Basada en la novela de Petronio, la adaptación libre que realiza Fellini se caracteriza fudamentalmente, al igual que el libro, por la fragmentación argumental. No hay nada parecido a lo que se entiendo por narración tradicional en la película. Está construida a retazos, algunos ni siquiera terminados. El leimotiv de la película es la busqueda por parte de su protagonista, Encolpio, del joven y afeminado esclavo Gitón, que le ha sido usurpado por Ascilto. Así, asistimos estupefactos a dicha búsqueda, que se convierte casi en viaje iniciatico de Encolpio. La película está plagada de personajes alucinados, inexplicables, enfermizos y decadentes. La sexualidad está presente a lo largo de toda la cinta, pero mostrada en su vertiente más crepuscular, más sórdida y miserable.


"Satyricon" es una película excesiva, artificiosa e increiblemente barroca. Pero sobre todo es una película lúgubre, extraña, de atmósfera enrarecida. En algunas escenas podríamos preguntarnos, no sin razón, si no estamos viendo una película de ciencia ficción, por la arquitectura de los paisajes (casi marcianos), la caprichosa utilización de colores, que hace que los cielos sean rojos como la sangre, los diseños de los vestuarios, o la musica utilizada (se utilizaron instrumentos e influencias africanas, asiáticas, latinas, ect.). Todos esos ingredientes se van agolpando desordenadamente unos sobre otros y construyen esta rara avis del séptimo arte.


La película se nos presenta, pues, a modo de lienzo o mural, donde la expresividad visual llama la atención por lo inusual (un recurso muy felliniano que aparece con frecuencia en "Satyricon" es que los personajes miren directamente a la cámara, al espectador, aún en medio de la escena más intrascedente, lo cual nos produce una extraña sensación de ser observados). Los personajes de esta película no son ni buenos ni malos. No parece haber moral en esa recreación de la Grecia clásica. Llama la atención, a la par que horroriza, la secuencia en la que a un actor le amputan la mano, simplemente como parte de la obra que representan. Por tanto, no debemos esperar encontrarnos lecciones morales. Aquí las más extrañas criaturas (eunucos, mujeres monstruosamente obesas, demacrados ancianos maquillados, etc) van deambulando de un lugar a otro, sin ninguna finalidad aparente. No parece haber esperanzas para nadie.

Recomiendo, por tanto, a todos que veais esta maravilla. Pero también recomiendo que se haga sin prejuicios, sin tratar de querer entenderlo todo. Esto no es un John Ford, ni un Howard Hawks. Es un fellini, extraño y conmovedor. Sobre todo, sorprendente. Y lo fascinante del cine es que logre sorprendernos.

Y cuando acabe la película permaneceremos en silencio, miraremos a nuestro alrededor para asegurarnos de que el cuarto era el mismo de antes. Nos parecerá que hemos estado soñando, que hemos hecho un viaje al pasado más remoto de las civilizaciones, de nuestro planeta, donde nada era como ahora, y donde los cielos, ¿por que no?, podían ser rojos como la sangre.

sábado, septiembre 02, 2006



Neo Rauch: Soñando con el invierno nuclear.

Cuando hace unos meses fui al Centro de Arte Contemporaneo de Málaga a ver la exposición de Neo Rauch, no tenía ni la mas mínima idea de lo que me iba a encontrar. Suelo ir cada cierto tiempo a ese museo a ver las exposiciones porque a veces te encuentras con cosas interesantes. Me confieso un neófito en lo que a arte contemporaneo se refiere, por lo que no tenía expectativas en lo que iba a ver. Pero la verdad es que la obra de Neo Rauch me impresionó muchísimo.

Para situarnos, hay que decir que Neo Rauch nació en la década de los 60 en Leipzig, Alemania (por aquella época creo que República Popular Alemana). Y la influencia del mundo sovietico está muy presente en su obra, como podía ser de esperar. Lo que más me llamó la atención al ver sus cuadros era su portentosa imaginación, la mezcla de paisajes rurales en los que aparecen criaturas extrañas, la deshumanización de un mundo de fábricas junto a inmensos abetos oscuros... Paisajes que muy bien podrían haber ilustrado un relato de Ray Bradbury.

La iconografía de este pintor es profundamente evocadora, recreando paisajes casi post-nucleares, donde la decadencia del sistema comunista se convierte en metáfora visual de una fuerza enorme. En mi mente, Neo Rauch se incluye en una serie de artistas u obras que tiene unas especiales connotaciones para mí. Puede que no tengan nada que ver, pero para mí estos cuadros son las imagenes que servirían de fondo a la múica de Krafwerk, de Boards of Canada, o incluso de Radiohead. Además de recordarme a la literatura de autores como Bradbury (anteriormente mencionado), Orwell, Kafka o Beckett.

El siguiente texto es una poesía que escribí hace algún tiempo mientras bullían en mi cabeza todas las influencias y visiones que antes mencionaba. Es mi particular versión de Rauch y de su mundo de hielo radioactivo.

Escuché hablar sobre las odiseas alpinas,

también sobre las fábricas iluminadas

en mitad de la noche más negra,

con obreros reflectantes, como en un sueño.

Se estuvo cavando un tunel a través

de las oscuras montañas, y encontramos

el laberinto del minotauro, los aviones

plateados, el aguila de bronce.

Y sé que invocaste a la serpiente alada

para que destuyera esta ciudad

que ahora tiene un cielo que arde

a cada atardecer.

No pareces resignarte a rezar

en esta iglesia de madera blanca.

No pretendes pedirme más deseos

y eso es siempre un alivio.

Todos estamos cansados,

pero pronto esta hora,

la hora del lobo, al fín pasará.

Y podremos bajar las persianas,

correr las cortinas,

cerrar las ventanas

y dormir todo el día,

olvidando la nausea de los años,

la pesadez de los párpados,

el atroz milagro de estar vivo.